You Can't Do That: Florida Officer Arrests Man Who Vandalized Car With Anti-Biden...
The Pro-Hamas Antics on College Campuses Are Starting to Make Dems Nervous
Trump’s VP Pick Should Be Someone Who Has Never Admitted to Shooting a...
Pro-Israel and Pro-Hamas Protesters at the University of Alabama Did Agree on One...
Try This Crap In A Red State
Demeaning, Diminishing, Destroying
House COVID Panel Recommends EcoHealth Alliance President Be Criminally Investigated
Campus Protests: Switch Out the Word 'Jew' and Replace It With 'Black'
Will the Students Globalize the Intifada?
White House, Gun Control Groups’ Trojan Horse
Protests and Policy as Porn
Will California Hobble the US Railroad Industry?
Philadelphia Court Forced Jewish Doctor to Choose Between Faith and Justice
Bipartisan Bill to Protect Children from Social Media Is Back
What These Pro-Hamas Protests Tell Us About America’s Judeo-Christian Heritage
OPINION

EDITORIAL: La vida te da sorpresas...

The opinions expressed by columnists are their own and do not necessarily represent the views of Townhall.com.
Advertisement
Advertisement
Advertisement
NOTA DEL EDITOR: La columna First-Person (De primera mano) es parte de la edición de hoy de BP en español. Para ver historias adicionales, vaya a http://www.bpnews.net/espanol.
Advertisement

ASHVILLE, Tenn. (BP)--Hace unos años, estuvo de moda el cantante panameño Willy Colón. Una de sus canciones más populares en ese entonces, contaba la historia tenebrosa de un individuo a quien llamaban "Pedro navaja." En el estribillo de la canción, y tal vez en esto tenía razón, se repetía esta oración: "La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida" y añadía "ay Dios..."

Claro está que esta canción está muy lejos de tener alguna enseñanza bíblica, doctrinal o teológica. Sin embargo, esto que dice el estribillo es algo a lo que se hace referencia en la Biblia en diferentes ocasiones y de distinta manera. Tal vez el ejemplo más patético es el de David quien parece que lo sintió en su carne y lo expresó de esta forma en Salmos 55:12-14: "Porque no me afrentó un enemigo, Lo cual habría soportado; Ni se alzó contra mí el que me aborrecía, Porque me hubiera ocultado de él; Sino tú, hombre, al parecer íntimo mío, Mi guía, y mi familiar; Que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, Y andábamos en amistad en la casa de Dios."

Como dicen en inglés: "hello..." David estaba sintiendo lo que por lo general, se llama "traición." Es una acción, un comentario o algo inesperado e inmerecido. Puede tomar la forma de un chisme, un enredo, una opinión negativa, proveniente de alguien a quien usted solo le ha hecho bien y le ha prestado favores, sacrificándose en muchas ocasiones más allá de sus límites para ayudar a esa persona que consideraba casi como un familiar. Y de pronto, esa persona salta contra usted con saña y furia como un tigre hambriento.

Advertisement

Trata entonces de ofenderle y humillarle y en la mayoría de los casos lanza calumnias en su contra y se esfuerza para manipular las opiniones de otros amigos o conocidos comunes para que le viren a usted la espalda presentándose ellos como víctimas inocentes que sufren por su causa.

Sin dudas, cuando alguien a quien considerábamos un amigo o un colaborador en el ministerio se lanza en nuestra contra, sin motivos, nos duele mucho.

Se trata de un problema tan viejo como la propia humanidad, pues tiene que ver con el corazón torcido del hombre que hace este tipo de acciones cuando no quiere reconocer la autoridad de Dios y plegarse ante ella.

El lamento de David, sin lugar a dudas es lanzado en un entorno hostil, no se especifican las razones ni la manera en la que está siendo atacado. No sabemos quién produjo ese sentimiento en él, ni qué fue lo que hizo.

Me inclino a pensar que el cierto desorden del Salmo se debe al estado mental del poeta en el momento de escribirlo. El contexto de la acción nos lleva a pensar en el Templo. Si observa el versículo 1 se puede dar cuenta que el salmista está elevando una oración. Los versículos 16-17; 19 y 23 parecen corroborar esto. David vuelca su alma a Dios y clama por estar recibiendo lo que no merece, de un amigo muy cercano que profesa su misma fe.

Al leer este Salmo en mi tiempo devocional, comprendí la actualidad que tiene el mismo. ¿Qué pasa en nuestros días? ¿Hay traiciones? ¿Somos atacados inmerecidamente? ¿Qué pasa con los hermanos de la iglesia? ¿Por qué los siervos de Dios tienen que sufrir este tipo de acciones?

Advertisement

Tal vez la respuesta más satisfactoria es que se trata de personas que aunque salvas, han contristado al Espíritu Santo y no lo dejan manifestarse. Son "enanos espirituales," personas carnales en las cuales el viejo hombre de pecado sigue enseñoreándose.

Muchas veces en mi vida, yo he tenido que pasar por experiencias de este tipo. Mi madre acostumbraba a decirme: "es que a ti te envidian hasta los defectos." Y esa es la clave. Detrás de esa actitud y de la traición, lo que hay es envidia. Deseos de poseer lo que otro tiene. Deseos de ser como otro es. Deseos de alcanzar lo que otro alcanzó. En resumen: Deseos de ser quien no se es y de tener lo que no se tiene. A eso se le llama envidia. Y esa mala semilla genera la traición y el chisme que no es más otra forma de traición más solapada.

Tristemente este mal no se ha erradicado. Sigue afectando y dañando a las congregaciones en nuestros días y los siervos de Dios están expuestos de manera especial. ¿Y por qué ocurre esto? ¿Cómo puede ser esto posible entre cristianos? Pablo en Efesios 6:12 dice que tenemos una dura lucha por delante: "contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes."

No se llame a engaño. Esas huestes satánicas están activas y en acción. No se trata de carne y sangre que podamos combatir con nuestras fuerzas. Son asuntos que van más allá de lo que podemos hacer por nosotros mismos. ¡Pero podemos triunfar! El salmista clama por la atención de Dios, y le pide una respuesta en oración, suplicante. El apóstol Pablo nos manda a ceñirnos la armadura de Dios para resistir al maligno. ¡Sí, Dios es la única respuesta! Cuando vengan los ataques del maligno, cuando surja la traición, cuando lo calumnien, vístase con la armadura de Dios. ¡Clame a Él!

Advertisement

Esta guerra no se gana peleando si no orando. Isaías nos da una linda promesa que debemos hacer nuestra, dice en Isaías 54:17 "Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová."

Te invito, en el nombre del Señor a tomar en tus manos la armadura de Dios y a doblar las rodillas para que puedas emprender hoy la lucha contra las huestes espirituales de maldad, que en esta hora tenemos que librar.

Óscar J. Fernández es el Editorial Project Leader para Leadership and Adult Publishing, en LifeWay Christian Resources en Nashville, TN, es además escritor independiente y estudioso de la Biblia. Su blog http://estudiandolabibliaconoscar.blogspot.com tiene seguidores de 20 países hispanos.

Copyright (c) 2011 Southern Baptist Convention, Baptist Press www.BPNews.net

Join the conversation as a VIP Member

Recommended

Trending on Townhall Videos